lunes, 26 de noviembre de 2012

Sube el independentismo en las elecciones catalanas

La líder del PP en Catalunya, Alícia Sánchez Camacho, hizo una lectura interesante de los resultados de las elecciones catalanas del 25 de noviembre. A su juicio, ha quedado claro que el soberanismo ha descendido. Si en las elecciones de 2010, los partidos sobiranistas sumaban 76 escaños (CiU, 62, ERC 10 y SI 4), en los comicios de ayer, obtuvieron 74 (CiU, 50, ERC 21 y CUP 3). Visto así parece claro. Pero el rigor de los números no entraña imparcialidad de lectura de los mismos.

La diferencia fundamental es que mientras en 2010 CiU se autoproclamaba nacionalista, para las presentes elecciones se define como independentista (aunque sigo manteniendo que no desea una independencia al uso, quienes han permanecido fieles a la federación apuestan por la independencia y entienden que CiU la desea). Por eso, ahora las cartas están boca arriba. Los votos perdidos por CiU han debido de ir a parar o bien a ERC –de votantes que desconfían de la federación por lo que a la independencia se refiere-, o bien a partidos del todo unionistas –PP y C’s-. CiU ahora sabe quién está a su lado pase lo que pase, con el viraje soberanista y los recortes sociales incluidos.

Papeletas 25N
Papeletas 25N

Todo ha cambiado desde las elecciones de 2010. Por eso, la lectura de la líder del PP está equivocada. SI no ha entrado en el Parlamento, pero sus votantes –que no han sido pocos, más de 40.000- votarían a favor de la independencia. Además, ICV ha escalado tres escaños. Seguramente, debido a la reacción contra las políticas de recortes y austeridad de Mas. Pero ICV juega claramente por el derecho a decidir y, ayer, tras conocerse los resultados, Herrera recordó que también apuestan por la transición nacional. O sea, muchos de sus militantes y simpatizantes también podrían optar por la independencia, lo mismo que seguidores del PSC, algunos de cuyos líderes ya declararon en precampaña que a Catalunya no se le deja otra salida.

De todas formas, el riesgo al fracaso de una consulta o referéndum existe. Y no se deben lanzar campanas al vuelo. Ayer vi a ERC demasiado eufórica. Sí, ocupa el segundo lugar en el arco parlamentario, pero solo a un escaño del PSC y a dos del PP. Recordó su líder que Esquerra no olvida en momentos de alegría el dolor y la situación económica precaria que sufre gran parte del país. ¿Es una señal a CiU, como avisándola de que formarán gobierno con la federación pero que el apoyo en la transición nacional no significará carta blanca para más recortes? ¿Se posiciona ya ERC como partido clave –ahora ya lo es- de cara a una Catalunya-estado?

En resumen, si por diputados fuera, ya solo con CiU, ERC y CUP, hoy día ganaría la independencia, pero es que encima hay que recordar, como ya he mencionado, que diputados de ICV y PSC también están por el estado propio. (Insisto, en un referéndum no contarían los diputados, sino los votos, y aquí también entrarían los perdidos de SI. Y, ya digo, no precipitarse, porque queda un largo y áspero recorrido hasta ver dónde desemboca el proceso).

PSC vive fuera de onda. Si se cree Navarro que no ha transmitido bien al pueblo de Catalunya su mensaje es que tiene doble problema. Uno, no verlo, y dos ni siquiera ya poder solucionarlo. Habría sido más noble admitir que lamentaban los resultados pero que ellos –pese a perder escaños y poderlos perder más en el futuro- se mantendrían en sus tesis federalistas.

El PP ha ganado un escaño. Poco, muy poco, si tenemos en cuenta que eran unas elecciones muy polarizadas. O estás en contra de la independencia, o a favor, o por lo menos a favor del derecho a decidir. Además, las artimañas de campaña –como la catalanización de los apellidos- desde hace décadas que en Catalunya sientan como una patada en los mismísimos. C’s, en cambio, ha subido mucho, es un claro ganador, como era de esperar. Ha recogido el desencanto de los partidos nacionalistas españoles –PSOE y PP- más los sufragios de los seguidores convergentes que no desean la independencia. Además, de momento, utilizan el lema de que son catalanes y españoles para atraer votantes, pero estoy convencido de que la cúpula se siente catalana por pura geografía, y que en ese corazón del logotipo de campaña solo hay lugar para España. Claro, me puedo equivocar, pero al tiempo.

Las CUP, como también presagiaban algunas proyecciones, ha entrado en el Parlamento. Es un partido relativamente desconocido, nuevo y diferente (es interesante dar un vistazo a los aspectos básicos de su programa), y con esa baza a su favor juegan por ahora. No cuentan con el desgaste y desconfianzza adquirida por el resto de partidos. Y supongo que sus votantes esperan mucho de ellos: conjugar la independencia con la lucha contra la dictadura del capitalismo. Ambas contiendas se perfilan largas y duras.

Esta es mi lectura rápida de lo acaecido en estas elecciones. ¿Serán las últimas autonómicas de Catalunya? En fin, parafraseando a Marx, Groucho, si no les gusta, tengo otra lectura...

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