miércoles, 16 de mayo de 2012

#12m15m: desde el sofá no se arregla ná


No conozco a nadie que no esté hasta los mismísimos de recortes y “crisis”. Tampoco conozco a muchos votantes de CiU o del PP. No sé qué pensarán sus militantes y simpatizantes. Entre los que están hasta los mismísimos -de la filiación que fuere- haylos que critican al movimiento llamado 15M. Que si quejarse en una plaza no resolverá los problemas, que si no tienen objetivos claros, que si todo parece más una fiesta, que si la organización asamblearia es ineficiente (“Vamos despacio porque vamos lejos”), que si demasiados eslóganes y pocos resultados, que si no se forma un partido no hay nada que hacer, que si más acción y menos celebraciones de aniversarios...

Con motivo de tal aniversario, estos días me he pasado por Plaza Catalunya. En una de las incontables asambleas, debatían qué acciones emprender. Oí llamar a la huelga general indefinida. Creo que solucionaría muchos problemas esta medida, pero también que no sería secundada porque hay muchos ciudadanos que, pese a la crisis, aún se sienten reconfortados y en una relativa comodidad. Es decir, no acaban de estar descontentos del todo, entre otros motivos, porque cuentan con trabajo o subsidio por desempleo, y su dinero, de momento, está a salvo en bancos y/o excajas.  La solidaridad, además, cuesta más que nazca desde la comodidad. Lo de “de momento” es porque De Guindos dijo ayer que un “corralito” en España es imposible. ¡Glups! En una huelga indefinida, también se corre el riesgo de desabastecimiento y generalización de hambre, extremos muy peligrosos.

Esta comodidad es a mi parecer el factor clave que impide al 15M volar más alto y asestar al sistema un correctivo que le obligue por lo menos a deshacer el camino andado. Si aumenta la comodidad y a medida que los contribuyentes sientan que tienen mucho más a ganar si se mueven que si permanecen en el sofá, el movimiento crecerá. Ahora a muchos les frena el miedo a perder lo que aún poseen. Esa calma o comodidad es un bien muy valioso como para jugársela, ¿no? Supongo que el gobierno cuenta con ello y mide la reacción en la calle cada vez que somete al pueblo a un nuevo estrangulamiento. Aunque a lo mejor confía del todo en el “mazo dando”.

Desde el año pasado, el movimiento, por lo menos en Barcelona, ha continuado en marcha con acciones concretas: desde más manifestaciones hasta reuniones en portales para evitar desahucios o, como ayer, concentraciones ante sucursales bancarias para obligar a las entidades a discutir con los afectados por las hipotecas. O Iniciativas legales populares (ILP) contra el timo de las preferentes o contra los recortes en sanidad. O propuestas para auditar la deuda pública, crear un IRPF para ricos o imponer una renda básica universal. “¿Qué harías con 750 euros al mes?”, rezaba una pancarta en Plaza Catalunya. “Más que con los 590 que cobro ahora por trabajar”, le respondía alguien en la misma con rotulador.


(Por cierto, ¿la sanidad y la educación se pagan solo mediante impuestos directos? Se evoca a Europa para lo queremos. España podía haber sido modelo en sanidad –como Atenas lo fue para el resto de polis en la democracia de Pericles-. Parados de más de dos años e inmigrantes sin papeles, ahí se mueran. Sí, ahí se mueran. Que empiezo a pensar como Maquiavelo: que no estarían de más unas cuantas bajas del sistema para “sanearlo”. ¿Que en caso de vida o muerte se atenderá a todo el mundo? Solo faltaba. Pero la postergación o retardo de ciertas pruebas, por ejemplo, pueden derivar en aumento de muertes. Y más si no hablamos de retardo, sino de eliminación, al no haber cobertura para esos inmigrantes y españoles, que pagan la sanidad con sus impuestos indirectos. Cada vez me hago más neoliberal: quiero menos de este Estado y de este Estado no quiero nada. ¿Para qué se necesita un gobierno si no precisamente para hacer de contrapeso a los “mercados”, sobre todo, en momentos como el actual? ¡Ah, es que son ustedes, o sus amigos?, ¡ah, los mismos desde la Revolución Francesa!).

Vuelvo al hilo. “¡Pero esto no son más que parches!”, exclamarán algunos. ¿Y? Es mejor esto que nada, pero, si no estás de acuerdo, propón alternativas. Y no solo desde el sofá o desde la barra del bar. Hay medios para manifestar tu opinión o tu medida, ya sea en encuentros como los de estos días o bien a través de internet. O acude a las convocatorias. Es que no servirá de nada, alegará alguien. Desde el sofá no se arregla ná. Es como quien dice votar al partido político menos malo porque el que le gusta no saldrá. Así seguro que no.

Una asamblearia exigía más acciones. Sospecha que cerrarán bibliotecas. Pidió una retirada masiva de libros en las bibliotecas de Barcelona y acciones similares en otras localidades catalanas. Otro que pasaba por la plaza clamaba que, para molestar de veras, había que trasladar las manifestaciones a centros de poder como el Parlamento o la banca. Parece que en este caso le escucharon porque, ayer, día del primer aniversario del 15M, las concentraciones se hicieron ante los bancos. Y hoy continúan con una cacerolada en la sede principal de La Caixa, en Barcelona. Dura ya desde las ocho de la mañana y está previsto intensificarla a las 19 horas, para cuando hay convocada una macrocacerolada.

La derecha de este país conoce a la izquierda bien, y a sí misma. La izquierda no creo que se conozca demasiado a sí misma. Para mí, el 15M, por mucho que desee zafarse de estas etiquetas, es un movimiento de izquierdas. Parece que no se haya aprendido nada de la Historia. Divide y vencerás. Y en eso estamos. Seguramente que hay muchos de los que están hasta los mismísimos que dicen: “¿por qué dar una renta mínima?” O “¿por qué retirar libros en masa?” Desde el sofá no se arregla ná. Pero –insisto- para mí el máximo contratiempo del 15M es la comodidad de la inmensa mayoría, hete aquí su primordial combate, más que la lucha contra los desmanes del sistema. Si la comodidad continúa es señal de que o no estamos tan mal, o nos hacen creer que no estamos tan mal.

En resumen, si estás cansado de la crisis y los recortes, pero estás en desacuerdo con las o alguna de las medidas del 15M y así lo voceas a diestro y siniestro y por ello atacas a "los indignados", piensa antes si no estás, en realidad, aplacando tu conciencia porque aún disfrutas de cierta comodidad que no deseas perder. Buscas así legitimar tu inacción, hacerla ética a los ojos del prójimo y a los tuyos propios. O te das una razón –que en realidad es una excusa- para seguir con la vagancia, solaz o comodidad que todo espíritu, en general, anhelamos. En el fondo y en la superficie, sabes que se están pasando tres pueblos desde hace tiempo. Así que no seas cínico y para sentirte tú bien denigres lo que otros hacen. Y si no, ya sabes, propón. Desde el sofá no se arregla ná.  De cara a evitar divisiones internas, iría bien fijarse en la mente el eslógan “se han pasado tres pueblos”. Porque habrá los que deseen modificar el sistema al 30 por ciento, los que quieran hacerlo al 60 y los que anhelen no dejar títere con cabeza. La unión hace la… ya saben. Y si dices que no eres de izquierdas ni de derechas... ¡ya! Me puedo creer que no siempre seas de derechas o no siempre de izquierdas, pero haces o dices cosas que a veces tienden hacia uno o a veces hacia otro lado. Y no pasa nada… Pero ya no hay excusas. (Si no haces nada, no envíes a la basura todo un movimiento que por lo menos intenta algo y que encima siente lo mismo que tú: cansancio, rabia, indignación, en fin).

En algunas asambleas, hablaron, entre otros, el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, algunas de cuyas perlas podéis leer en la conferencia que realizó hace un par de años en el Col·legi de Periodistes de Catalunya; y el presidente de Justícia i Pau, Arcadi Oliveras, a una de cuyas conferencias también tuve la oportunidad de asistir hace unos meses.

Para acabar, reclamo que, con la que cae hoy día, ningún político de este país, y en especial los responsables de los recortes –ahora el PP en España y CiU en Cataluña, pero antes el PSOE -, no deberían de cobrar más de, pongamos, 2000 euros. Y si hay un político catalán, andaluz o castellano-manchego que deba vivir en Madrid porque es diputado que se pague él la estancia. Si a mí me ofrecen un puesto en Madrid –que soy de Barcelona- no me alojarán en hotel con dieta pagada. Me ofrecerán un sueldo; lo tomas o lo dejas. Te buscas alojamiento y punto. También podría darse el caso de que me ofrecieran todas esas prebendas. ¿Y? Insisto, señor diputado, usted cobra del erario público y promueve los recortes. Predique con el ejemplo. Aunque signifique el chocolate del loro.

Otra cosa más. Resulta que Banca Cívica es de los bancos que más invierten en armamento. Lo dice BancaArmada. Porque aparte de la crisis estoy harto de vivir en un mundo en el que aún hay hambre, guerra, esclavitud y presos políticos. Por todo esto también hay que luchar. Por todo esto también estoy enrabiado.

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